martes, 15 de octubre de 2013

Cuento


Dedicado a Nuria que me animó a escribir

Era un pueblo muy bonito donde crecen los trigales, las amapolas, las mariquitas y las mariposas. Se lucen sus alas coqueteando con los saltamontes que estaban jugando y volando de flor en flor y pisoteándolas con mucha curiosidad y solemnidad.
Los trigales se balanceaban suavemente al compás del soplo de los vientos estivales.
Allí los trigales dan muy buenos cereales, dan trigo del que sacan harina de buenísima calidad con la cual elaboran unos panes exquisitos, cuyos olores atraían a todos los que pasaban por el pueblo.
Sus habitantes suelen ser personas mas bien de mediana edad. Pero hay dos hermanos mellizos, un niño y una niña de unos ocho años de edad.
Ambos son rollizos, pues comen mucho, en especial pan porque les gustan demasiado los bocadillos de chorizo ibérico y beicon con abundante aceite. El niño era un poco más delgado que su hermana.
Pero en el pueblo vivía un médico joven. Cuando el niño acudió al médico con unos fuertes dolores de barriga, en seguida el médico de dió cuenta de que eran debidos los dolores a un atracón de bocadillos.
Entonces el doctor le dijo a sus padres que si había alguien más obeso en la familia. Los padres le dijeron que su hermana melliza era más llenita. El médico le dijo que quería conocer a la niña.
Los padres llevaron a ambos hijos a la consulta del médico. El doctor dijo que toda la familia debía de comer con moderación porque sino sus vidas correrían peligro. Les puso una dieta moderada hipocalórica para que no se aburrieran los mellizos y abandonaran la dieta. También les pidió que jugaran mucho en la calle y en la escuela.
Como el médico es un gran profesional, se ofreció a dedicarse a hacer actividades físicas. Les propuso hacer dos muñecos de nieve, un chico y una chica. A los niños les entusiasmó la idea y comenzaron a hacer un Papá Noel.
Como la niña era la más gordita, el doctor pensó primero en hacer una muñeca chica.
Los niños dedicaron un gran esfuerzo con la ayuda del médico, construyeron una muñeca mucho más estilizada, sin barriga, lo que le gustó mucho. El niño dijo que también quería hacer un Papá Noel grande y sin barriga, como el de su hermana.
Trabajaron con bastante esfuerzo para así hacer más ejercicio físico. Cuando los terminaron, el médico sugirió que los podían exponer junto al pesebre del Ayuntamiento del pueblo, junto a los hermanos mellizos. Todos los que posaban, quedaban maravillados al ver la pareja de muñecos y les dedicaban grandes ovaciones.
Los mellizos siguieron la dieta al igual que el resto de la familia, y todos ganaron salud y atractivo físico.
El médico del pueblo se sintió feliz al ver logrado su propósito y los habitantes del pueblo fueron a que el doctor les pusiera una dieta adecuada y desde entonces entre todos los vecinos construían en invierno unos muñecos de nieve altos, delgados y vistiendo ropa a gusto de ello.


Montse

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