Dedicado
a Nuria que me animó a escribir
Era
un pueblo muy bonito donde crecen los trigales, las amapolas, las
mariquitas y las mariposas. Se lucen sus alas coqueteando con los
saltamontes que estaban jugando y volando de flor en flor y
pisoteándolas con mucha curiosidad y solemnidad.
Los
trigales se balanceaban suavemente al compás del soplo de los
vientos estivales.
Allí
los trigales dan muy buenos cereales, dan trigo del que sacan harina
de buenísima calidad con la cual elaboran unos panes exquisitos,
cuyos olores atraían a todos los que pasaban por el pueblo.
Sus
habitantes suelen ser personas mas bien de mediana edad. Pero hay dos
hermanos mellizos, un niño y una niña de unos ocho años de edad.
Ambos
son rollizos, pues comen mucho, en especial pan porque les gustan
demasiado los bocadillos de chorizo ibérico y beicon con abundante
aceite. El niño era un poco más delgado que su hermana.
Pero en el pueblo vivía un médico
joven. Cuando el niño acudió al médico con unos fuertes dolores de
barriga, en seguida el médico de dió cuenta de que eran debidos los
dolores a un atracón de bocadillos.
Entonces
el doctor le dijo a sus padres que si había alguien más obeso en la
familia. Los padres le dijeron que su hermana melliza era más
llenita. El médico le dijo que quería conocer a la niña.
Los
padres llevaron a ambos hijos a la consulta del médico. El doctor
dijo que toda la familia debía de comer con moderación porque sino
sus vidas correrían peligro. Les puso una dieta moderada
hipocalórica para que no se aburrieran los mellizos y abandonaran la
dieta. También les pidió que jugaran mucho en la calle y en la
escuela.
Como
el médico es un gran profesional, se ofreció a dedicarse a hacer
actividades físicas. Les propuso hacer dos muñecos de nieve, un
chico y una chica. A los niños les entusiasmó la idea y comenzaron
a hacer un Papá Noel.
Como
la niña era la más gordita, el doctor pensó primero en hacer una
muñeca chica.
Los
niños dedicaron un gran esfuerzo con la ayuda del médico,
construyeron una muñeca mucho más estilizada, sin barriga, lo que
le gustó mucho. El niño dijo que también quería hacer un Papá
Noel grande y sin barriga, como el de su hermana.
Trabajaron
con bastante esfuerzo para así hacer más ejercicio físico. Cuando
los terminaron, el médico sugirió que los podían exponer junto al
pesebre del Ayuntamiento del pueblo, junto a los hermanos mellizos.
Todos los que posaban, quedaban maravillados al ver la pareja de
muñecos y les dedicaban grandes ovaciones.
Los
mellizos siguieron la dieta al igual que el resto de la familia, y
todos ganaron salud y atractivo físico.
El
médico del pueblo se sintió feliz al ver logrado su propósito y
los habitantes del pueblo fueron a que el doctor les pusiera una
dieta adecuada y desde entonces entre todos los vecinos construían
en invierno unos muñecos de nieve altos, delgados y vistiendo ropa a
gusto de ello.
Montse
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