Esmeralda
vivía muy feliz porque sus padres biológicos Josefina y Germán
Se
preocupaban de que su infancia fuera recordada como una etapa
llena de amor, alegría, salud y vitalidad.
Germán
y Josefina trabajaron muchísimo para comprar una vivienda bien
Acomodada
y lo principal no les faltara.
Esmeralda fue muy aplicada en sus
estudios y en las clases de canto, en las que le ayudaba, quien
componía canciones muy alegres.
A
la niña también le gustaban los perros y cuando cantaba contentos
ellos
Estaban.
Esmeralda
fue creciendo y decía con alegría a sus amigas: mi mamá me adora,
mi papá no menos y ellos me enseñan a amar a mis abuelos que se
encargan de enseñarme a hablar y escuchar respetando a los
demás,
Mis
papás me daban premios cuando lo merecía, pero siempre con el
fin
De
ir aprendiendo a tener autonomía, para cuando ellos faltaran no
me sintiera desvalida.
Esmeralda
se sintió mayor, cuando sus estudios completó y así poder
trabajar para a sus padres hacer felices.
Cuando
tenía problemas emocionales, a sus padres Esmeralda contaba
Y
ellos contaba y sus padres ayudaban gracias a la confianza que
en ellos
Su
hija depositaba, pero de resolverlos a ella sola dejaban.
Esmeralda
tenía amigos y amigas con los que buenos ratos pasaba. Pero sus
padres y abuelos estaban al tanto de que sus emociones no se
trastocaran.
La
vida de Esmeralda transcurrió con bastante tranquilidad y cuando
algo fallaba, en sus padres y abuelos ella pensaba de las buenas
cosas que ellos le enseñaron.
Montse
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