El otro día me llamó la atención
una noticia de la prensa en la que se explicaba una nueva iniciativa
solidaria. Nos contaban sobre un tal joven llamado Sanku, un gambiano
de 25 años, un hombre que trabaja en la ONG “bicicletas sin
fronteras”; este señor, para llegar a su trabajo cada día cubre
10 Km. de Masarac a Figueres donde coge un tren a Girona y desde allí
pedalea hasta Vilabraleix, donde está la empresa de bicicletas
viejas que luego repintan y destinan a personas que las necesitan. El
trabajo es llevado a cabo por excluidos sociales, gente sin subsidio,
etc. Los recompensados próximamente serán 300 chicas indias que han
acabado la secundaria obligatoria y así podrán ir hasta el
instituto con sus bicicletas. También los que han conseguido una
bici solidaria han sido los del Raval, centros de recogida de
menores, reclusos en semilibertad de la prisión de Burgos o
ex-toxicómanos de Sevilla.
Realmente este pequeño taller es la
ilusión para mucha gente y sus impulsores sueñan con que algún día
alguno de los trabajadores pueda crear su propia empresa en sus
países de origen.
En Figueres se hará una carrera
solidaria, una Biciatlón, dirigida a profesionales y aficionados con
el objetivo de apadrinar 2000 bicicletas con el dinero que se
recaude. Por otra parte se repartirán 3000 huchas en toda España.
Opinión: me parece muy bien que
existan ONG’s como esta que regalen bicis a gente con pocos
recursos porque así tomamos conciencia de que una bicicleta puede
ser algo más que un medio de transporte, algo que permita acercar la
casa a la escuela o facilitar el que la gente pueda ir a trabajar,
algo tan básico pero tan necesario.
Agustín
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