jueves, 3 de abril de 2014

Las plantas


Las plantas cultivadas en interior, se adaptan a temperaturas y oscilan entre los 16 y los 26 grados. En la mayoría de los hogares y las oficinas la temperatura varía durante todo el año entre estos grados.
Se llaman de interior porque se cultivan bajo techo.
Los cuidados básicos de las plantas de interior son: buena iluminación temperatura suave, un alto grado de humedad, una buena fertilización y el cambio periódico de maceta para evitar que las raíces se encuentren comprimidas.
LA LUZ:

La luz es el elemento fundamental para la vida vegetal; gracias a ella las plantas realizan la función clorofílica que da como resultado la producción de clorofila y oxígeno emitido a la atmósfera.
Las plantas necesitan, además de clorofila, absorber elementos minerales del suelo para poder construir. Esto lo hacen a través de los pelillos de sus raíces y siempre disueltos en el agua.
Cambiar de situación, según estación del año:
cambiar las plantas de sitio según la estación del año, buscando siempre la luz y las plantas estarán mejor, con mayor lozanía.

EL AGUA:

Los vegetales están compuestos en más del 90% por agua. El agua ayuda a soportar la estructuras de las plantas y además a transportar los minerales y las demás sustancias vegetales que circulan por la savia (equivalente a la sangre de los vegetales).

CANTIDAD DE AGUA:

Las plantas de interior, mueren más por exceso de riego que no por falta de agua.
Las plantas, en general de origen tropical, necesitan humedad constante, pero no encharcamiento.

FRECUENCIA DE RIEGO:

Es difícil acertar con la cantidad de agua, pero las plantas emiten señales que debemos saber interpretar.

-Hojas fláccidas = falta de agua.
-Raíces podridas = exceso de riego o lo que es igual, encharcamiento.
En épocas frías regar menos, pero si la calefacción va “a todo trapo” alejarlas del exceso de calor.
En el mercado hay ofertas para que usted se olvide del riego, sólo aquellos que se fundamentan en las necesidades de las plantas y no sólo en ahorrarle a usted preocupaciones, son válidos.
La mejor agua es la que viene directamente del cielo o en su defecto destilada o mineral. Las aguas de las viviendas son muy distintas según su origen. Si son alcalinas (al tener un exceso de cal) algunas plantas se lo dirán por las puntas de sus hojas quemadas; cuando se use este tipo de agua es fundamental dejarla reposar 24h antes de utilizarla.

LA TIERRA

En su origen tal como venimos insistiendo, las plantas de interior proceden de las selvas tropicales donde a lo largo de miles de años los residuos de otras plantas y árboles han ido generando un suelo vegetal, mullido, repleto de materia orgánica y generalmente con un pH (alcalinidad - acidez) más bien ácida.
Los horticultores hoy gracias a las turbas, abonos y otros compuestos minerales han ido elaborando tierras especiales para cada cultivo. A estas tierras les llamamos sustratos o substratos.

DRENAJE:

No olvide nunca que un buen drenaje es fundamental para evitar el encharcamiento ya que de lo contrario se crean hongos y bacterias nocivas que dan al traste con su planta. Es muy aconsejable poner gravilla o perlita o grava volcánica en el fondo de cada recipiente (entre 4 y 6 centímetros) esto impedirá la acumulación de agua en la base de la maceta.
20-23ºC es la temperatura que agrada a las plantas. Pero la temperatura doméstica es desigual y eso ya no agrada tanto a nuestras plantas. Equilibrios y no cambios bruscos es la clave.

LA HUMEDAD

Las plantas están habituadas a ambientes del 80 y 90 % de humedad. En las casas esto es imposible porque nos haría reumáticos y daría al traste con nuestros muebles y enseres.
Pero ese es su ambiente, no el nuestro y ahí es donde hay que procurar excesos de sequedad que atenúen esa insalvable diferencia que hay entre ellas y nosotros.

LOS ABONOS:

Hay una tendencia generalizada entre las personas: por lo general se tiende a creer que lo que las plantas ”comen” es la tierra donde profundizan sus raíces.
Las plantas se nutren de los elementos minerales que tiene la tierra, los básicos son: Nitrógeno ( N ), fósforo ( P ), potasio ( K ) y calcio ( CA ). Hay otros elementos más pequeños, pero no por ello menos importantes : el hierro (Fe), azufre ( S ), magnesio ( Mg )... y los microelementos: bono ( B ) , zinc (SA) o manganeso ( MN ) entre otros.



César

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