Hasta un 300% podría expandirse la
superficie de encinares y enebrales en las montañas de la península
ibérica como consecuencia del calentamiento global, en detrimento de
la que ocupan los hayedos y pinares de pino silvestre, que podría
disminuir hasta un 90% . A esta conclusión ha llegado un equipo
científico liderado por la universidad complutense de Madrid (U C M)
tras realizar un estudio centrado en calcular los posibles cambios
que tendrán lugar en nuestros montes durante los periodos
comprendidos entre los años 2.041 y 2.070, y 2.071 y 2.100, según
los escenarios previstos por el panel intergubernamental sobre el
cambio climático (IPCC).
“En el norte de Europa las especies
situadas en las cumbres de las montañas serán las mas afectadas por
el aumento de las temperaturas de la próxima década. Por el
contrario, las mas perjudicadas en el sur del continente serán las
del piedemonte debido al incremento de la aridez ( aumento de la
temperatura y disminución de las precipitaciones). Esta favorecerá
la expansión de especies perennes mediterráneas como la encina, el
enebro de miera, el pino piñonero carranco, adaptados al estrés
hídrico y a las altas temperaturas estivales”, explica Diego
Ruiz-Coboundette, ecólogo de la U C M e investigador principal del
estudio científico.
Las concentraciones de CO2
atmosféricas previstas para 2.080 se sitúan en torno a las 700
partes por millón (PPM) de CO2 en la actualidad la concentración
alcanza ya los 393 PPM ,un valor que no se esperaba alcanzar hasta
después de 2015 , según el escenario mas desfavorable de los
planteados por el IPCC en 1.990. esta realidad se traduce ya en tres
fenómenos incontestables: la primavera se avanza, el otoño se
retrasa y las lluvias estivales, especialmente en el centro y el sur
de la península, disminuyen.
Todo ello provocara cambios en
nuestras montañas, entre ellos una profunda transformación de los
piedemontes por la mediterranización del clima (sustitución de
fresnedas, quejiganes y melajanes por encinares), una fuerte
contracción de los bosques de hoja ancha de la media montaña
(hayedos y abedulanes) , y una drástica reducción del área de
distribución de las especies Euro siberianas hoy refugiadas en la
media y alta montaña ( pino silvestre y enebro de alta montaña ),
que se verán desplazadas por especies submediterráneas como el
roble melojo , mejor adaptadas a las nuevas condiciones climáticas.
“Lo que puede considerarse como un
problema biológico no seria el cambio en si , puesto que las
especies y comunidades de los ecosistemas actuales han experimentado
ya cambios ambientales significativos en los últimos 100.000 años ,
sino la velocidad a la que se esta produciendo ese cambio “,
explica el director del estudio, Francisco Díaz Pierda ,catedrático
de ecología de la UCM y presidente de W W F/ Adana.
Se estima que el ritmo vertiginoso de
este cambio global conlleve en Europa la desaparición de entre el 60
y el 80 % de las especies vegetales del sur del mediterráneo . y es
que estas no podrán ni adaptarse ni migrar en un periodo de tiempo
tan breve y en un territorio que , además ,esta muy castigada por la
intensa urbanización , por el desarrollo de infraestructuras o por
el abandono o la intensificación agraria del medio rural. Todos
estos factores han aumentado la vulnerabilidad de nuestros
ecosistemas , que ya muestran señales inequívocas de un cambio que
habrá que gestionar con medidas de adaptación y mitigación . No
hay tiempo que perder .
César